El Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS) implementó en 2020 el Sello de Calidad de Software en Telemedicina, una certificación pionera en Chile destinada a garantizar que las atenciones de teleconsulta cumplan con los más altos estándares técnicos y clínicos.

Con el crecimiento de un modelo de atención a larga distancia, la calidad de las plataformas de telemedicina se ha convertido en un factor fundamental para garantizar una atención adecuada y segura. De esta forma, este sello ha adquirido protagonismo en estos años, siendo CENS y el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) las únicas entidades que pueden otorgar esta certificación en el país.

Eric Rojas, Líder del área de Calidad de CENS y académico de la Pontificia Universidad Católica, destaca que el avance en la implementación de herramientas con estándares técnicos y clínicos adecuados refleja una creciente conciencia en el ecosistema de salud digital sobre la seguridad del paciente. 

“Ha trascendido la idea de que es necesario utilizar herramientas de calidad, lo que ha llevado a que el equipo interno y externo de nuestra área realice una labor destacada al identificar las oportunidades de mejora en las soluciones tecnológicas y determinar cómo resolver las brechas, cumpliendo con las buenas prácticas y los estándares de calidad”, añadió.

5 razones por las que tu institución debe certificarse

1. Garantía de seguridad y calidad en la atención al paciente: el Sello asegura que las plataformas de telemedicina cumplan con estándares técnicos y clínicos que resguardan la seguridad del paciente y mejoran la experiencia de atención.
2. Protección de datos personales: las plataformas certificadas podrán garantizar que la información clínica entregada por los pacientes estará debidamente protegida, alineándose con las normativas de protección de datos.
3. Accesible para diversos actores del ecosistema: el Sello está disponible para startups, pequeñas empresas, centros de salud, grandes corporaciones y prestadores de servicios, permitiendo a cada uno validar la calidad de sus soluciones tecnológicas, evaluar desarrollos propios y exigir estándares técnicos confiables a sus proveedores
4. Evaluación de calidad: el proceso de certificación incluye una evaluación detallada con recomendaciones para mejorar las plataformas, basadas en estándares internacionales y buenas prácticas, permitiendo a las instituciones alcanzar altos estándares de calidad.
5. Vigencia y respaldo del proceso: la certificación tiene una duración de tres años y es otorgada tras una exhaustiva evaluación realizada por un equipo multidisciplinario.